Las ciudades latinoamericanas enfrentan, día tras día, el desafío de equilibrar crecimiento urbano, calidad de vida y sostenibilidad. La movilidad, una de las dimensiones más visibles de la vida urbana, es también una de las más complejas de gestionar. No se trata solo de moverse del punto A al punto B — se trata de cómo ese movimiento impacta al ecosistema de un municipio.
En este contexto, la planificación urbana integrada y la movilidad inteligente emergen como pilares fundamentales para construir ciudades más humanas, accesibles y resilientes. Pero ¿cómo pueden los gobiernos locales avanzar en esta dirección? ¿Qué papel juega la tecnología en este proceso? Y, sobre todo, ¿cómo lograr que estas soluciones estén realmente al servicio de las personas?
Más allá de su dimensión técnica, la movilidad es una expresión de inclusión social, desarrollo económico y equidad urbana. Cuando el transporte público es deficiente, inseguro o ineficiente, las personas más vulnerables son las primeras afectadas: pierden tiempo, oportunidades y acceso a servicios esenciales. Por eso, hablar de movilidad inteligente es hablar de derechos.
Sin embargo, para transformar el sistema de movilidad de manera sostenible, no basta con sumar nuevas tecnologías o renovar la flota de vehículos eléctricos. Es necesario pensar de forma integrada: conectar transporte, infraestructura urbana, datos y participación ciudadana bajo una misma estrategia.
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La planificación urbana tradicional muchas veces trabaja en compartimentos estancos: un plan de transporte por un lado, un proyecto de renovación urbana por otro, un nuevo corredor vial que no dialoga con los barrios a su alrededor. El resultado suele ser una ciudad fragmentada, desigual y congestionada.
La planificación integrada, en cambio, parte de la idea de que la ciudad es un ecosistema dinámico e interdependiente, donde decisiones sobre espacio público, transporte, vivienda y servicios deben pensarse en conjunto. Y es ahí donde la tecnología se convierte en un habilitador clave.
El uso de sensores, cámaras con analítica de video con inteligencia artificial, sistemas de conteo y monitoreo del tráfico, y plataformas de datos centralizadas permite a las autoridades obtener una visión en tiempo real de lo que ocurre en la ciudad. Esto permite, por ejemplo:
Pero tan importante como tener datos es saber cómo usarlos para tomar decisiones centradas en las personas. La movilidad inteligente es la capacidad de entender los patrones de comportamiento urbano para mejorar la vida de las comunidades.
El concepto de “ciudad inteligente” no debe ser sinónimo de una ciudad más tecnológica, sino de una ciudad más humana. Una ciudad que escucha, que aprende de sus datos, que cuida a sus habitantes y que entiende que la movilidad no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir bienestar colectivo.
En esta línea, los principios definidos por la ISO sobre movilidad inteligente ofrecen una guía clara para construir soluciones de transporte verdaderamente centradas en las personas. De acuerdo con la organización, las ciudades que deseen avanzar hacia una movilidad más conectada, eficiente y sostenible deben incorporar siete pilares fundamentales:
Incorporar estos principios no es apenas una cuestión de innovación técnica —es una decisión estratégica que pone el bienestar colectivo en el centro de la política urbana.
Por eso, los gestores públicos tienen un rol fundamental en esta transformación. Son ellos quienes deben liderar los procesos de planificación urbana integrada, promover el uso estratégico de la tecnología y garantizar que cada inversión en movilidad tenga un impacto positivo real en la vida de las personas.
Durante años, NEC ha trabajado como integrador de innovación en ciudades de Latinoamérica y el mundo.
Sin embargo, nuestro enfoque va más allá de la simple instalación de sensores; también apoyamos a las autoridades públicas en todo el proceso estratégico: diagnóstico, diseño, implementación, integración y análisis de resultados para una planificación centrada en las personas y para afrontar los retos del futuro. Entre nuestras capacidades se destacan:
En todos los casos, la tecnología se adapta a la realidad del municipio y se implementa con un fuerte compromiso con la privacidad, la ética y la participación ciudadana.
El futuro de nuestras ciudades se juega en cada decisión de hoy. En cada calle que se rediseña, en cada dato que se interpreta correctamente, en cada sistema que se conecta para generar eficiencia. Y, sobre todo, en la capacidad de poner a las personas en el centro de cada solución urbana.
Cada ciudad es distinta. Pero los principios de una movilidad más inclusiva, eficiente y conectada pueden adaptarse a cualquier realidad. El primer paso es tener una visión clara y contar con aliados estratégicos que acompañen el camino.
En línea con este compromiso, NEC participará en el Smart City Expo Santiago 2025 que se realizará del 24 al 26 de julio en el Centro Cultural Estación Mapocho, en Santiago, Chile. Será una oportunidad para dialogar con líderes urbanos, compartir experiencias y presentar nuestras soluciones tecnológicas enfocadas en movilidad inteligente, planificación integrada y bienestar ciudadano.
Te esperamos para conversar sobre cómo la tecnología puede ser una aliada para transformar tu gestión.